sábado, 26 de diciembre de 2015

LOS APLOMOS



LOS APLOMOS
Hablar de los aplomos es hablar del aparato locomotor del caballo. Los aplomos son el alineamiento de las extremidades y su relación de proporción entre sí y con el resto del cuerpo y el suelo.

La alineación correcta de las extremidades se puede medir con la ayuda de una plomada, que es simplemente una cuerda con un plomo al final, usada habitualmente en construcción y sirve para medir, por ejemplo, que las columnas estén perfectamente verticales.

Pero la medición o el intento de visualizar defectos en los aplomos del caballo con este instrumento no es la más adecuada porque sus miembros, no son columnas verticales. Un caballo, sus extremidades o una parte de estas, tienen una orientación espacial en 3 dimensiones o planos, de los que solamente 2 se podrán visualizar con las líneas imaginarias de “aplomo”.
Las características de la conformación de cada ejemplar dependerán de su genética, raza e incluso de factores ambientales como la alimentación, ejercicio etc.
Un claro ejemplo de la influencia de la raza para ver las diferencias entre sus miembros, sería comparar la longitud relativa del radio (antebrazo) y caña de un PRE y un PSI.
Los aires de Alta Escuela son facilitados por un radio relativamente corto, y en consecuencia, una caña relativamente larga, mientras que la velocidad es facilitada gracias a una relación longitud radio/caña más cercana. 

 
Para visualizar los aplomos tenemos tres planos de observación, uno es el medio otro el frontal o transverso y otro el horizontal.




Observando al caballo desde estas tres posiciones podremos apreciar las posibles deformaciones o anomalias dadas por los aplomos.






















viernes, 11 de diciembre de 2015

CUIDADOS PARA EL INVIERNO


¿PREPARADOS PARA EL FRIO?

LAS MANTAS
Llega el invierno y con él sus bajas temperaturas, sus días más cortos y se echa más en falta el calor del sol. Debemos estar atentos para que nuestro caballo no sufra los efectos del frío e intentar minimizar los riesgos negativos que puedan tener en su salud. Debemos vigilar bien en ésta época del año y poner especial atención a nuestro animal en cuidados básicos como la alimentación, los cascos y el pelaje.

Muchas de las personas propietarias de un caballo se preguntan en ésta época si es necesario o no el uso de las mantas, estén esquilados o no, algunos caballos necesitan utilizar mantas durante el invierno.
Dependerá de las condiciones de cada ejemplar y de su estado, pero por lo general es aconsejable que usen mantas en los siguientes casos:
  • Caballos de edad avanzada.
  • Ejemplares que sufran algún tipo de dolencia o que viven en prados sin zonas donde refugiarse.
  • Ejemplares provenientes de zonas más cálidas.

En el mercado podemos encontrar multitud de mantas que se adaptarán a las necesidades específicas de cada animal. La elección dependerá del uso que se desee dar y del clima.
Básicamente tratamos de proteger a nuestro caballo del frío pero también de la humedad y de las lluvias, es cuando debemos considerar también el uso de mantas impermeables. En el mercado existen también mantas polares que protegerán del frío y además impermeables que lo harán de las lluvias. 
Si el animal está esquilado el uso de la manta se hace totalmente necesario ya que la falta de abrigo podría tener efectos nefastos en la salud del caballo. Las mantas no sólo cumplirán su función de protección contra el frío, si no que también retrasarán el crecimiento del pelo.  
Los caballos sufren más el calor que el frío pero debemos seguir estos consejos y cuidados para prevenir también los resfriados, que si bien no es un enfermedad excesivamente preocupante, conviene prevenir para evitar las molestias y contratiempos que acarrea.

LOS CASCOS
En invierno, al igual que el resto del año, debemos dar el cuidado necesario a los cascos. Pero en ésta época suele presentarse más humedad lo que podría provocar el reblandecimiento de esta zona y podrían aparecer problemas en la salud del nuestro animal.  

Por ello utilizar productos que impermeabilicen esta zona se presentan como una solución adecuada para evitar estos efectos.
Poner especial atención también a los ejemplares que viven en libertad o con la nieve, ya que se les puede crear un cúmulo de barro o nieve pudiendo provocar molestias, dolores o lesiones al andar. Asegurarnos que el prado esté en buenas condiciones y drenar los charcos o acumulaciones de agua y hielo que se puedan formar.

Una visita a nuestro herrador no estaría de más para que nos oriente en lo más aconsejable para cada uno de los casos en particular.